justo antes de llegar a sentirme
completamente invadida me senté en una silla frente a la mesa, mirando un vaso vacío. entonces pensé en ti, bueno no sé en quien, porque tampoco sé quien eres. pero si que me dí cuenta de que ese vaso estaba vacío porque no has llegado. y ojalá ahora mismo picara al timbre de la puerta un chico
guapísimo (para que engañarnos) con valores y que me quisiera. pero no va a llegar así, lo hará en cualquier sitio. pero cuando llegues, llenaras ese vaso. de buenos momentos, de historias feas, o no tan feas. me llenaras. y sólo quiero que ese vaso llegue un día en el que este a punto de
derramarse, y tengamos que utilizar otro totalmente distinto. y que pase otro día, y otro. y que pase mil veces...
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